Azora Las mujeres, aleya 34

Azora Las mujeres, aleya 34

La interpretación de la aleya 4:34 es uno de los puntos por donde se nos cuelan toda clase de planteamientos que no tienen nada que ver con el resto del mensaje coránico. Se impone que nos pongamos en marcha  y hagamos lo posible por extraer el mejor de los significados ya que, «Quienes escuchan la Palabra y siguen su mejor significado, son aquellos guiados por Al-lah, aquellos que tienen entendimiento» (39:18).

El Corán se describe a sí mismo como una guía para gente que razona. Así pues, vamos a razonar sobre el contexto de la aleya: ¿es posible que alguien entienda que golpeando a las mujeres se va a acabar con cualquiera que sea el conflicto que se tema? ¿Es posible que entendamos que los varones tienen autoridad sobre sus madres o sobre las esposas de Muhammad (sas)?

La manera correcta de interpretar el Corán es con el mismo Corán y no es posible ninguna contradicción. Entonces, ¿cómo compatibilizamos el que haya autoridad (que es un derecho, al contrario que responsabilidad, que es una obligación) de varones sobre las mujeres, con la afirmación coránica de que varones y mujeres tienen exactamente los mismos derechos, con excepción del tiempo de espera entre un divorcio y un nuevo matrimonio? ¿Cómo es posible que ante un conflicto con el arquetipo del mal, Firaun, el Corán recomiende las buenas maneras y en un conflicto con la esposa recomiende pegar?

Sura 20 Ta Ha (42): «Id, pues, tú y tu hermano, con Mis mensajes, y no os canséis de recordarme (43) id, ambos, a Firaun: pues, ¡en verdad, ha excedido todos los límites de la equidad! (44) Pero habladle con suavidad, para que pueda recapacitar o al menos se llene de aprensión».

¿Cómo es posible que si la única agresión válida es en defensa propia, ya que Al-lah no ama a los agresores, el Corán recomiende agredir a la esposa?

Comenzamos el análisis de la aleya en cuestión tomando la primera sentencia que, según la traducción que se nos presenta, dice:

«Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Al-lah ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan».

El término traducido como autoridad es qawama y en su significado no hay nada que denote autoridad o estar por encima, sino más bien ser apoyo, ser responsable responsable o estar al cargo de algo.
En la aleya 5,8, encontramos el término referido a Al-lah: «sed qawamun de Al-lah». Evidentemente, el Corán no exorta a los creyentes a que ejerzan autoridad sobre A-lah.

Lo que se interpreta como «a unos más que a otros» se trata, en realidad, de una construcción recíproca. La expresión «b3D 3ala b3D» es una construcción de reciprocidad, es decir, de unos con respecto a otros y de otros con respecto a unos, en el presente caso, «atendiendo a aquello con lo que Al-lah ha agraciado más a ellos con respecto a ellas y a ellas con respecto a ellos». Sorprendentemente, esta construcción aparece varias veces en el Corán y siempre se interpreta con el sentido de reciprocidad, excepto en esta aleya en la que parece que de lo que trata es de afirmar una autoridad masculina que en el mensaje coránico no aparece por ninguna parte.

La referencia a los bienes que gastan deja claro que los varones son los responsables del mantenimiento y cuidado de las mujeres en virtud de los diferentes dones con los que Al-lah nos ha agraciado a unos con respecto a otros. ¿Cuál es esa diferencia en los dones con los que hemos sido agraciados unos y otras? Aquello en lo que ha agraciado Al-lah a las mujeres más que a los varones es evidente: la capacidad de dar existencia a las crías de la especie. Y aquello en lo que Al-lah ha favorecido a los varones es igualmente manifiesto: en verse libre de la carga que entraña el tener que dar existencia a las crías de la especie. Y, precisamente por eso, por no colaborar en el trabajo de perpetuar la especie, debe el varón suplirlo pecuniariamente, porque de no ser así, ante lo que estaríamos es ante la explotación de un sexo por otro. Esa es la diferencia entre varones y mujeres y por lo que se es, precisamente, varón o mujer.

Tenemos, entonces, que los varones son qawamun (apoyo, responsables) de las mujeres en virtud de verse libres de la carga de la reproducción. Pero decíamos que la construcción es recíproca, es decir, que las mujeres también tienen una responsabilidad hacia los varones en función de ser las depositarias de la tarea reproductiva. ¿Cuál es esa responsabilidad? Seguimos con la aleya: «Y las mujeres virtuosas son las verdaderamente devotas, que guardan lo oculto que Al-lah ha dispuesto que se guarde».

¿Qué puede guardar una mujer que, si obra bien con respecto a los varones, Al-lah quiera que guarde, que sea específico como mujer y que está oculto?

Parece evidente que se trata de la concepción y filiación de los hijos. Si quisieran, las mujeres podrían ocultar un embarazo, o una concepción. Ahora bien, lo que dice la aleya es que las mujeres no deben «robar» sus hijos al padre ni ocultar su filiación. Para ella eso es un depósito sagrado, dispuesto por Al-lah. Y con ello se les ha otorgado un gran poder del que no deben abusar. De la misma manera que ellos no deben abusar de su «excedente» fisiológico para oprimir a las mujeres y explotarlas, conforme al primer término de la reciprocidad, ellas no deben privarlos del conocimiento de su filiación y progenie.

«Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles. Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Dios es excelso, grande».

La palabra que se traduce como rebeldía es nushuz y resulta que este término también aparece en el Corán referido a los varones en la misma azora, en la aleya 128: «Si la cónyuge teme nushuz por parte del marido… ». En esta ocasión nushuz suele interpretarse/traducirse como abandono o maltrato. Parece lógico pensar que, sea cual sea la interpretación que le demos, ha de ser la misma en un caso y en otro. Si no se concibe que un varón le deba obediencia a su esposa, en virtud del nushuz, es igualmente inconcebible que las mujeres se lo deban a los varones en virtud de lo mismo. Como en esta aleya no se nos está hablando de unproblema conyugal, si no que nos está dando unas disposiciones generales para varones y mujeres, algo que da una idea mejor de lo que se pretende sería “inmoralidad”. Así pues:«Aquellas cuya inmoralidad temáis…» y sigue una serie de recomendaciones con el fin de solventar la situación: advertidlas, dejadlas solas en sus aposentos, idribuhunna (el famoso «pegadlas» del que nos ocuparemos más adelante), pero si atata’a, no busquéis enfrentamiento. Para que atata´a (cuya raíz es ta-wa-ain) signifique obediencia, ha de ser referido aAl-lah o al Mensajero o mediar una orden previa. Tal cosa no ocurre en este caso ya que hemos visto que nushuz no significa desobediencia. Lo que hay es una sospecha de que se pueda caer en la inmoralidad; entonces, se advierte, o se la retira de la calle dejandola en sus aposentos, o se hace algo efectivo que resuelva la situación. En cualquier caso, se hace saber que ese no es el camino correcto y, entonces, si la mujer hace caso o atiende a razones…

Hay numerosas aleyas, no referidas a Al-lah o al Enviado y en las que no media orden previa, donde se traduce atata’a como hacer caso, seguir el consejo, etc., pero no implican obediencia. Se pueden ver como ejemplos: 3:168, 6:121, 23:34, 26:151.

Tampoco hay nada, en el original árabe, que indique que se trata de una secuencia progresiva. Más bien se trata de varias indicaciones de lo que se puede hacer para evitar que las mujeres, sea por la causa que sea, caigan en la inmoralidad.

Hay una aleya que nos da las pautas para las relaciones entre los sexos: «Y entre Sus portentos está el haber creado para vosotros parejas de vuestra misma especie, para que os inclinéis hacia ellas, y haber engendrado mawadda y rahma entre vosotros: ¡ciertamente, en esto hay en verdad mensajes (signos) para una gente que reflexiona! (30:21)». Para una mejor comprensión de los términos mawadda y rahma es interesante ver los atributos de Al-lah al Rahman y al Waddud.

Con respecto al significado de idribuhunna: el término «da-ra-ba» es extremadamente polisémico, el Arabic-English Lexicon, de Edward William Lane, un volumen de 3.064 páginas del siglo XIX, le dedica seis páginas de definiciones. Es el lector quien elige entre la gran variedad de significados e interpreta, pero esta interpretación no puede ser imputable al texto.

El saudí Dr. Abdul Hamid Abu Sulayman, presidente del International Institute of Islamic Thought y rector de la Universidad Internacional Islámica de Malasia afirma en su artículo Chastising Women: A Means to Resolve Marital Problems«Una lectura correcta del término coránico da-r-aba conmina al marido a ‘separarse’ de la esposa, a ‘distanciarse’ de ella y a ‘irse’ del domicilio conyugal». Además, señala que cuando el Corán habla de «golpear físicamente» utiliza el verbo jalada (azotar, pegar con algo), como al principio de la azora de La Luz (castigo en caso de adulterio).

Edip Yuksel —traductor del Corán al turco— afirma que la traducción pegadlases errónea, y que debería traducirse como separaos. Uno de los significados de da-ra-ba es el de viajar, irse, como en el propio Corán (3:156, 4:101, 38:44, 73:29, 2:273).

Esta opinión es compartida por numerosos autores, tales como Asma Barlas (en su libro Beliving Women, 2002), Mohammed Abdul Malek (en su artículoDoes The Quran Sanction The Beating of Women?).

Hay que recordar que, según la tradición islámica, la única vez que Muhammad (sas) tuvo un conflicto con sus esposas, lo que hizo fue alejarse, separarse de ellas durante un mes.

Esto no quiere decir que sea la única interpretación posible, hay otros muchos autores que interpretan da-ra-ba, en este contexto, de manera diferente a golpear. Se puede citar como ejemplo a Ahmed Ali en su traducción del Corán A Contemporany Translation (Princeton University Press 1988). Interpreta con el significado, perfectamente admisible en árabe, de hacer el amor, ya que esta acepción de da-ra-ba se encuentra en todos los diccionarios tradicionales árabe-árabe, incluido el clásico Lisan al-’Arab de Ibn Manẓūr y en estudios como el del sabio lingüista Zamakhshar. En castellano tenemos varios términos derivados de da-ra-ba, ninguno de ellos tiene nada que ver, ni en sentido figurado, con golpear. Uno de ellos parece venir como anillo al dedo: adarvar, que significa pasmar, aturdir, sorprender.
Todos los significados de daraba, tanto coranicos como los que se puedan encontrar en diccionarios, tienen algo en común: la eficacia para resolver situaciones. Hacer algo eficaz, eso es daraba,

Sobre da-ra-ba, las veces que aparece en el Corán y sus significados. es muy recomendable una visita a este tema del foro de Webislam. Se trata de un estudio sobre el término sacado del Corán, del árabe coránico del que extraigo unos ejemplos:

– «A fa nadribu 3ankumu adhdhikra»: ¿Deberíamos, acaso, privaros por completo de este recordatorio… ? (43.5). Suele interpretarse comoapartarse, hacer caso omiso, irse, e incluso «¿deberíamos dejar de recordaros… » (p.ej. Mustansir Mir, Giros idiomáticos del Qur’an). Nadie dice «deberíamos acaso golpearos…».

– «Kadhalika yadribu Allahu al haqqa wa al batila»: Así ilustra Al-lah la verdad y la falsedad. Nadie dice «así golpea Dios…».

– «Wa l yadribna bi jumurihinna 3ala ÿuyubihinna»: Y que se echen los chales por encima de los senos (24.31). Nadie dice que «se golpeen…».

Por otra parte sería la única vez en todo el Corán que se indica golpear sin especificar qué o con qué se golpea.

También hay que tener en cuenta que, a lo largo de todas esas aleyas, incluida la 4:34 y las siguientes, Al-lah se dirige a la comunidad de los creyentes y lo hace empleando la segunda persona del plural genérico: «Vosotros los creyentes», lo que comprende a las creyentes y a los creyentes. Cuando habla de los varones emplea la tercera persona masculino plural –ellos–, cuando habla de las mujeres emplea la tercera persona femenino plural –ellas–.

«Los varones  son responsables del cuidado de las mujeres  en virtud de aquello con lo que Dios ha agraciado más a ellos con respecto a ellas y a ellas con respecto a ellos, y de lo que ellos gastan de sus bienes. Y las mujeres virtuosas  son las verdaderamente devotas, que guardan lo oculto que Dios ha dispuesto que se guarde. Pero a aquellas cuya inmoralidad temáis , advertidlas, dejadlas solas en sus lechos, idribuhunna, pero si entonces hacen caso, no tratéis de hacerles daño. ¡Ciertamente, Dios es en verdad excelso, grande!».

Así que, cuando emplea la segunda persona plural genérico diciendo «y de aquellas de quienes temáis el nushuz, advertidlas, dejadlas en sus aposentos, idribuhunna» no está hablando a los hipotéticos maridos. No es «ellos», los esposos, es «vosotros» (plural neutro) los creyentes y, lo que dice a continuación, en la aleya 4:35 lo deja patente a más no poder: «Y si teméis que se produzca una ruptura entre ambos, nombrad un árbitro de la familia de él y otro de la familia de ella; si ambos desean  un arreglo, Al-lah propiciará su reconciliación. Ciertamente, Al-lah es en verdad omnisciente, está bien informado».

Es importante notar, también, que la última parte de la aleya dice «si teméis». Nos está describiendo un temor, una sospecha y no un hecho probado; lo que hace que cualquier interpretación en que se entienda castigo o reprimenda quede automáticamente invalidada por injusta. Si, además, tenemos en cuenta todas las aleyas de la azora de La Luz, en que se advierte y se condenan en los términos más severos las acusaciones infundadas y la maledicencia contra las mujeres, así como el resto del mensaje divino en que, en un modo u otro, se conmina a los creyentes a no espiar, a no entrometerse; debemos entender que lo que se indica en la 4:34 es algo constructivo y no represivo, basado en el respeto a la intimidad y el deseo de poner claridad y paz en las relaciones.

Escoger un significado para da-ra-ba en este contexto depende de la época, de las condiciones y del entorno que rodea esa comunidad de creyentes. El Corán nos expone una gran variedad de significados de da-ra-ba, unos aludiendo a orientacion y enseñanza como «da-ra-bar» un ejemplo (14:24), o «darabar»darabar» como separar o imponerlo (57:13). En cualquier caso, no es algo que el Corán deje en manos del marido,si lo hubiera ya que en esta aleya no se habla de un conflicto entre conyugues, sino de la comunidad y de los especialistas que en ella hubiera, capaces de poner remedio a la situacion que puede hacer a las mujeres caer en la inoralidad.

Ocurre aquí lo que en numerosas interpretaciones: que las mujeres han estado excluidas de las mismas y, por ello, cuando Al-lah se dirige a la comunidad de los creyentes utilizando un plural genérico que, como ocurre con el castellano, coincide con el plural masculino, automáticamente se da por entendido que Al-lah se dirige a los varones. Y no es así. Las mujeres también forman parte de la comunidad de los creyentes y es también a ellas a quienes se les está diciendo que para poner remdio a una presumible inmoralidad idribuhunna.

Es posible que lo que hizo que los intérpretes consideraran que, al decir «vosotros», el destinatario fueran los esposos, fuese la expresión “wa hyurúhunna fi l madayi3”. Esta expresión fue entendida como dejad de acostaros con ellas. Pero el significado de los madàyi3, según el Corán, son los lechos, los hogares o lugares que corresponden.

«Di: “Aun si hubierais estado en vuestras casas, aquellos de vosotros cuya muerte estuviera decretada habrían salido hacia los lugares (madàyi3) donde estaban destinados a yacer”». 3:154.

«que se ven impelidos a abandonar sus lechos (madàyi3) para invocar a su Sustentador con temor y anhelo». 32:16.

Luego está el hecho de que los mismos que interpretan golpear hacen lo posible por mitigar el efecto de lo que interpretan. También que, en la mayoría, sino todas, de las jurisprudencias islámicas el golpear a la esposa es motivo de divorcio. Al menos en algunas está sujeta al quisas, es decir, indemnización. ¿Por qué? Si el Corán dice pegar pues se pega y ya está. ¿No será que no siempre y no todos han interpretado pegar y que, quienes lo han hecho, se han metido en tal lío que, luego, para salir de él, han hablado de«pegar con el cepillo de dientes»  de «pegar pero poco» con el fin de mitigar las consecuencias de su interpretación?

Elegir golpear, en esta aleya, no parece el mejor de los significados sino el peor y eso atendiendo a distintos criterios: lingüísticos, de confrontación con el resto del mensaje coránico, con el ejemplo de Muhammad (sas), incluso con la lógica. Quedamos en que «Quienes escuchan la Palabra y siguen su mejor significado, son aquellos guiados por Al-lah, aquellos que tienen entendimiento» 39:18. Así que, quien interpreta que el Corán aconseja pegar a las mujeres, carece de entendimiento y no está guiado por Al-lah.

 

NOTA: este texto es fruto de intensos debates producidos en torno a la interpretación de la aleya 4:34. Por unas causas u otras, la interpretación que se ha hecho de esta aleya ha sido fuente de desasosiego para quien se ha enfrentado a ella y se la ha utilizado, por un lado, para justificar el sometimiento y maltrato de las mujeres y, por el otro, para acusar al Corán de misoginia.

 

Autora: Maite Carbajo Fuente: Alkalima

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