A propósito de la menstruación

A propósito de la menstruación

Con demasiada frecuencia encuentro interpretaciones del mensaje coránico que me resultan chocantes. Suele ocurrir con temas que afectan a las mujeres y una acaba preguntándose qué clase de velos cubren el entendimiento permitiendo llegar a conclusiones tan aberrantes atribuidas a Al-lah.

El Corán está lleno de advertencias en contra de este proceder, sirvan éstas de ejemplo:

2:170 «Pero cuando se les dice: “Seguid lo que Al-lâh ha revelado,” algunos responden: “¡No!, seguiremos lo que hemos hallado que creían y hacían nuestros antepasados.” ¡Pero! ¿Aun si sus antepasados no usaban la razón y carecían de toda guía?»

5:104 «Y la mayoría de ellos nunca usa su razón; pues cuando se les dice: “Venid a lo que Al-lâh ha hecho descender, y al Enviado” — responden: “Nos basta con lo que hemos hallado que creían y hacían nuestros antepasados.” ¡Vaya! ¿Y si sus antepasados no sa­bían nada y carecían de toda guía?»

7:27-29 «En verdad, hemos puesto fuerzas satánicas cerca de aquellos que no creen y cuando cometen un acto deshonesto, suelen decir: “Hallamos que nuestros padres lo hacían” y, “Al-lâh nos lo ha ordenado. “Di: “Ciertamente, Al-lâh no ordena actos abominables. ¿Vais a atribuir a Al-lâh algo de lo que no tenéis conocimiento.»

Conforme pasa el tiempo, las que ya tenemos cierta edad, podemos constatar como los discursos se radicalizan. En el tema que nos ocupa, primero escuchamos que las menstruantes estaban exentas del azalá (y también del ayuno y de ir a la mezquita y de tocar el Corán), algo así como unas vacaciones; cuando lo cuestionamos, se nos dijo que el azalá no es válido para la menstruante; al seguir cuestionando, nos dijeron que, además, está prohibido.

Para convencernos de que la menstruación es algo impuro no se avergüenzan de acosarnos con relatos repugnantes sobre el profeta y sobre las mujeres menstruantes. Sin embargo, mantienen bien lejos la guía para gente que razona, ya que no es del Corán de dónde salen esas abominaciones.

El Corán nos habla de la menstruación en dos ocasiones. Una es para determinar el tiempo de espera entre un matrimonio y el siguiente y la otra es la aleya que sigue:

2: 222 «Y TE preguntan acerca de la menstruación. Di: “Es una molestia. Así pues, apartaos de las mujeres en la menstruación y no os acerquéis a ellas mientras dure y, cuando estén libres de ella, id a ellas como Al-lah os ha ordenado”. Ciertamente, Al-lah ama a los que se arrepienten y ama a los que se purifican.»

O sea: la menstruación es una molestia y los esposos deben abstenerse de requerir sexualmente a sus esposas hasta que estén libres de ella.

El término que traduzco aquí como molestia se interpreta muy a menudo como impureza. No sé con qué criterio ya que el mismo término lo encontramos, en numerosas ocasiones, en el Corán con el sentido de daño o perjuicio y siempre se entiende así.

33.48 «y no cedas a los que niegan la verdad y de los hipócritas, e ignora sus ofensas…»

4.102 «Pero no incurrís en falta si dejáis a un lado vuestras armas porque os moleste la lluvia o estéis enfermos…»

3.186 «Seréis, ciertamente, probados en vuestros bienes y en vuestras personas; y, ciertamente, oiréis muchas cosas ofensivas de parte de aquellos que han recibido la revelación antes que vosotros…»

3.111 «estos sólo podrán causaros un daño pasajero; y si os combaten, retrocederán ante vosotros, y no serán auxiliados.»

2.264 «¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! No malogréis vuestras limosnas echándolas en cara o hiriendo…»

2.263 «Una palabra amable y ocultar la indigencia ajena valen más que una limosna seguida de agravio; y Dios es autosuficiente, benigno.»

2.262 «Aquellos que gastan sus bienes por la causa de Al-lah y luego no malogran su gasto con reproches y agravios, tendrán su recompensa junto a su Sustentador y nada tienen que temer ni se lamentarán.»

2.196 «Y realizad la peregrinación y la visita ritual en honor a Al-lah; y si os veis impedidos, haced una ofrenda conforme a vuestros medios. Y no os afeitéis la cabeza hasta que la ofrenda haya sido sacrificada; pero quien de vosotros esté enfermo o esté afectado de una dolencia…«

Siempre, hasta que llegamos a la 2:222 y, por arte de magia, el daño o molestia se transforma en impureza.

Tras la magia llega el despropósito ya que, si entendemos que la menstruación es algo de lo que hay que purificarse, entonces, hay que entender que, tras la menstruación, hay que purificarse para para tener relaciones sexuales; porque de eso habla esa aleya. No del azalá, ni del ayuno, ni de tocar el Corán, sino de que es cuando los maridos pueden requerir a sus esposas sexualmente. Es decir, según esa interpretación, hay que hacer ablución para impurificarse; no hay que olvidar que, según el Corán, las relaciones sexuales sí son algo por lo que hemos de lavarnos antes del azalá.

Curiosamente, esa aleya comienza diciendo:

«Te preguntan por la menstruación. Di…». Qué magnífica ocasión para contarnos todo lo relativo a la menstruación que necesitamos saber. Y Al-lah no la aprovecha, por lo que necesitamos que vengan los relatores del hadiz a completar lo que Al-lah olvida. Astagfirul-lah.

Curiosamente, también, la aleya termina diciendo que Al-lah ama a los que se purifican, no a las que se purifican como sería lo lógico si fuera la impureza de las menstruantes el propósito de la aleya. Pero la aleya no está diciendo nada a las mujeres, no habla en femenino plural, se dirige a los varones que son los que preguntan por la menstruación o, en todo caso, al conjunto de la sociedad si entendemos que no es masculino plural sino genérico plural.

Por otra parte, lo concerniente a las condiciones del azalá, lo encontramos en el Corán:

4:43 «Vosotros que creéis, no realicéis la oración mientras que os encontráis en estado de intoxicación, hasta que sepáis lo que decís; ni tampoco yunuban (impuros), hasta haberos lavado –a menos que estéis de viaje. Pero si estáis enfermos o de viaje, o acabáis de hacer vuestras necesidades, o habéis cohabitado con una mujer y no encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla ligeramente por el rostro y las manos. Ciertamente, Al-lah es en verdad perdonador, indulgente.»

También, en Corán 5:6

«¡Oh Vosotros que habéis llegado a creer! Cuando os dispongáis a rezar, lavaos la cara, las manos y los brazos hasta los codos y pasaos las manos ligeramente por la cabeza y los pies hasta los tobillos. Y si estáis impuros, purificaos. Pero si estáis enfermos o de viaje, o acabáis de hacer vuestras necesidades, o habéis cohabitado con una mujer y no encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla ligeramente por el rostro y las manos. Al-lah no quiere imponeros la dificultad, sino que quiere purificaros y concederos la medida completa de Sus bendiciones, para que esto os mueva a ser agradecidos.»

Y esto es todo lo que yo he encontrado en el Corán al respecto: Siempre que vayamos al azalá hemos de lavarnos; si estamos impuros, nos purificamos; si estamos enfermos, de viaje, si hemos ido al servicio, si hemos tenido relaciones sexuales y no tenemos agua, incluso en esas condiciones, no hay problema, Al-lah nos lo pone fácil y podemos hacer tayamun. No he encontrado nada respecto a que la sangre o las molestias impidan el azalá. De lo que no tengo duda es de que si hubiera ese impedimento estaría reflejado en el Corán ya que:

6:38 «No Hemos olvidado nada en este libro.»

16:89 «Hemos revelado a ti este libro para proporcionar explicaciones de todo».

6:114 «Él ha revelado a ti este libro y lo ha detallado completamente».

Es decir, todo lo que Al-lah ha querido decirnos está en el Corán y lo que no está es porque Al-lah no ha querido decir nada al respecto, dándonos libertad para desarrollar el Din con la revelación como guía y utilizando la razón.

Es importante notar que, para establecer el azalá, es decir, para enlazar con el motor de nuestra existencia, sea cual sea el estado en que nos encontremos, no requiere de nuestra parte más que la voluntad de hacerlo. Sólo hay que lavarse y si, aún en eso, encontramos dificultad, también se nos facilita. ¿Somos las mujeres una excepción? Y si los somos ¿Se ha olvidado Al-lah de decírnoslo? Creo que no, creo que la respuesta no es alejarnos de Al-lah por causa de la menstruación, la respuesta es postrarnos y acercarnos.

96: 8-19 «Has visto al que prohíbe al siervo el azalá. ¿Has visto si está en el camino recto, o si llama a la conciencia de Al-lah?
¿Has visto si está desmintiendo la verdad y apartándose? ¿No sabe, pues, que Al-lah ve? ¡No! ¡Si no cesa, lo agarraremos por un mechón de la frente –esa frente mentirosa, rebelde!–  y que llame luego a los defensores de su sabiduría, ¡que Nosotros llamaremos a las fuerzas del castigo celestial! ¡No! ¡No le hagas caso, sino póstrate y acércate!».

 

Autora: Maite Carbajo Fuente: Alkalima

 

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