Análisis de un relato misógino

Análisis de un relato misógino

Qué diferencia tan grande entre el sentimiento que produce leer en el Corán lo que Al-lah nos tiene que decir sobre las mujeres a lo que nos dicen relatos como este. 

Abû Sa‘îd Al-Judrî dijo: «El Mensajero de Dios salió a nosotros, un día de ‘îd ul-Adha o ‘îd ul-Fitr (la festividad del Sacrificio o la del Desayuno), en el oratorio. Cuando pasó frente a las mujeres les dijo: “¡Mujeres! ¡Dad limosna! Pues se me ha mostrado que sois la mayoría de la gente del Infierno”. La mujeres dijeron: “¿Por qué, Mensajero de Dios?” Él dijo: “Porque maldecís frecuentemente y sois ingratas con vuestros esposos. No he visto gente tan disminuida en el raciocinio y en la práctica religiosa que sean capaces de perder a un hombre precavido y sensible como lo hacen algunas de vosotras”. Dijeron: “¿Y por qué somos disminuidas en el raciocinio y en la práctica religiosa, Mensajero de Dios?” Él dijo: “¿Acaso no equivale el testimonio de la mujer a solo medio testimonio del hombre?”. Dijeron: “Claro que sí”. El dijo: “Pues eso es muestra de que sois disminuidas en el raciocinio ¿Y acaso no dejan de rezar y ayunar cuando están menstruando?”. Dijeron: “Claro que sí”. Les dijo: “Pues eso es muestra de que sois disminuidas en la práctica religiosa”». Sahih Bujari. Libro de la menstruación. VI, 210

Qué diferencia tan grande entre cómo se te queda el cuerpo al leer en el Corán lo que Al-lah nos tiene que decir sobre las mujeres a lo que nos dicen relatos como este.
Encuentro que, además de insultar a las mujeres, insulta al Profeta (Dbs) al que atribuye el decir que: “Las mujeres son maldicientes, son desagradecidas con sus maridos y son más numerosas que los varones en el infierno”. Y que esto es así porque tienen disminuida su razón y tienen disminuido su din, ya que el testimonio de la mujer vale la mitad y que las mujeres no hacen la azalá durante la menstruación.

Si miramos lo que nos tiene que decir el Corán sobre el testimonio, vemos que, siempre que se piden testigos, se hace sin especificar el sexo de ellos. Por ejemplo:

5:106: «¡Oh vosotros que habéis llegado a creer! Que haya testigos cuando, sintiendo próxima la muerte, os dispongáis a hacer legados: dos personas justas de vuestra gente, o –si la agonía de la muerte os llega estando de viaje lejos de vuestra casa– dos personas de [una gente] distinta a la vuestra».

A esta norma encontramos dos excepciones:

– Primera: ante una acusación de adulterio, el testimonio del hombre no vale nada en contra del de la mujer. Lo podemos encontrar en la Sura de la Luz 4:9

– Segunda: cuando se contrata un préstamo se piden dos mujeres, una que sea abogada de la otra. La encontramos en Corán: 2:282

Resumiendo, tenemos que:

En cualquier litigio, ante cualquier tribunal, se piden dos testigos sin especificar sexo.

En caso de que el litigio sea por adulterio se piden cuatro testigos, sin especificar sexo.

En caso de que un varón acuse de adulterio a una mujer, sin más prueba que el testimonio de ambos, prevalece el testimonio de la mujer sobre el del varón.

En el caso de dar testimonio de la anotación de un crédito, y a fin de que las mujeres no fueran engañadas, se piden dos mujeres, para que una ayude a la otra. ¿Y todavía sostienen que el Profeta dijo que el testimonio de la mujer vale la mitad?

¿Y por qué no dijo que el del varón no vale nada? Después de todo, es más importante el testimonio en caso de adulterio que en la anotación de una deuda.

Si se confronta con el Corán, el relato miente en cuanto al testimonio de las mujeres ya que la 2:228 no da lugar a suponer a una mujer mermada de razón más que la 4:9. Lo que hace ese relato es tratar de legitimar una jurisprudencia que hasta hoy declara que el testimonio de la mujer vale la mitad que la del varón en cualquier situación.

Luego está la afirmación de que la menstruación impide a las mujeres establecer el azalá durante varios días al mes haciendo que estas sean deficientes en el din.

Sin embargo, ni cuando el Corán nos habla de la menstruación ni cuando nos habla de las condiciones para el azalá ni para la ablución, encontramos que la menstruación impida la azalá. El único caso en que la menstruación fuera motivo para eximir de la azalá sería que representara tal molestia que lo impidiera, como cualquier enfermedad. Y eso varía mucho de unas mujeres a otras por lo que no depende de la menstruación en sí.

Aquí se puede leer más detenidamente sobre este aspecto: A propósito de la menstruación.

Entonces, el que las mujeres estén exentas de la azalá durante la menstruación, también es porque la jurisprudencia lo estableció así y, también en este caso, el motivo del relato es ofrecer una coartada para esa jurisprudencia que no deja de ser una elaboración humana. Pero no tiene ningún sustento en el Corán.

Deberían avergonzarse de presentarnos al mensajero de Al-lah diciendo que en el infierno las mujeres son más numerosas porque han sido creadas con menstruación y en un mundo en el que los varones tienen tendencia a abusar de ellas siempre que pueden por lo que necesitan ayudarse unas a otras.

No se trata más que de una historieta misógina de las que tanto abundan en todas las religiones y tradiciones, pero que no guarda ninguna relación con la revelación divina. La revelación que nos dice que la calidad de los seres humanos no depende de su sexo – ni de ninguna otra cosa- sino de su taqwa (consciencia de Al-lah). Y que, respecto a este tema concreto, el del castigo o recompensa en la otra vida, también dice:

33:35:

«Los varones sumisos y las mujeres sumisas,
los varones creyentes y las mujeres creyentes,
los varones piadosos y las mujeres piadosas,
los varones sinceros y las mujeres sinceras,
los varones pacientes y las mujeres pacientes,
los varones que temen a Al-lah y las mujeres que temen a Al-lah,
los varones que dan limosna y las mujeres que dan limosna,
los varones que ayunan y las mujeres que ayunan,
los que custodian y las que custodian sus partes pudendas,
los que invocan mucho a Al-lah y las que hacen lo mismo,
para ellos ha preparado Al-lah perdón y magnífica recompensa».

Autora: Maite Carbajo Fuente: Alkalima

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