Mi nombre es Lina, aunque cuando nací me llamaron Carolina. Soy española, soy musulmana.

_ ¿Cómo? (me dicen) ¡Eso no puede ser!

_ ¡Vete a tu país! (Me dicen otros)

Nací en Soria, como mis padres y abuelos. ¿Dónde dices que me vaya?

_ ¿Y cómo te has hecho mora? (siguen)

Por arte de magia. ¿Sabes que significa conversión? Pues yo me convertí al Islam, no al morismo. Morolandia no existe.

_ Seguro que por un tío. Fijo que te gustan grandes.

Bueno, imagino que a ti te gustarán pequeñas, cada cual tiene sus gustos, no me meto en los tuyos. A mí el tamaño que me importa es el del intelecto y el corazón. Fíjate. Y no, fue por mí misma, empecé a viajar, estudiar árabe, leer, conocer… y como otras mujeres decidí yo solita mi camino antes de conocer a mi marido. ¿Lo captaste?

_ ¿Y no has podido encontrar un español?

Si. Pero me gustaba este. Y tú, ¿No había ninguno de Soria que has terminado con un burgalés? Es más, ¿No has encontrado ninguno en tu bloque que has tenido que buscar fuera?

_ ¿Te obliga a llevar ese bururka?

No es un BURKA. Es un pañuelo. ¿El tuyo te obliga llevar esos tacones tan sanos de 16 cm? Me lo puse antes de conocerle, y no, no me ducho ni duermo con el puesto.

Ahmed llego a España hace años, es de Túnez. Estudió derecho, pero no encontró trabajo. Aquí estuvo en la construcción y como camarero. Así nos conocimos, tomando un café con unas amigas que aun no me habían dado la espalda por mi conversión. Es increíble, nunca se queja, todo lo valora y lo sabe disfrutar. Me siento feliz a su lado.

_ ¿Te pega? No sé cómo puedes estar con un machista de esos…

¿Y el tuyo? ¡Porque ojito con los de Burgos, la fama que tienen!

Estudie económicas, pero trabajo cuidando de una señora mayor. No es sencillo encontrar trabajo con un pañuelo en la cabeza, si lo llevase en el cuello como todas las señoras no tendría problema. Pero lo comprendo, al llevarlo sobre el pelo mis neuronas no respiran y estoy incapacitada para cualquier labor que consista en algo más que una suma.

Ahmed se quedo sin trabajo hace bastantes meses, el muy machista limpia la casa, hace las compras , cocina, plancha….Nos queremos y respetamos mutuamente, no tengo nada que justificar. Estoy harta de tópicos.

_ ¡Qué pena! ¿No comes jamón?

_ Ni pollo. Soy vegana.

_ Tú estás desequilibrada, loca.

_ Gracias. Puedo vivir con ello.

_ ¿Cuántas esposas tiene?

_ Seis más. Pero yo se las escojo, me gusta llevar el control.

_ ¿Y puedes tomar la píldora?

_ No. Debo tener exactamente 23 hijos o se divorciara de mí.

Te cansas, te cabreas, te aburres. Pero decides usar la ironía para no mandar a paseo continuamente.

Están también los que creen que además de extranjera eres sorda o tonta.

_ ¡Mira la mora, ya se está colando! Todas iguales…

_ Primero, “señora”, no me colé. Segundo, me llamo Carolina García Pérez, de “mora” poco. Tercero, las “moras” también entienden y hablan castellano, y apuesto que más idiomas que usted.

_ Maleducada. (Encima)

Nos casamos en casa, con un sheikj, aun no lo hicimos por lo civil. No le renovaron su tarjeta y, como no tenemos ni suficientes ingresos ni un contrato, a él le negarían la residencia de familiar comunitario. Es mi marido, pero sin derecho a serlo “legalmente”. Vivimos en el piso que nos dejan mis padres, que le aprecian y quieren.

_ Menos mal que no tenéis hijos, porque si no seguramente se los llevaría a Irán (me dijo un “amable” señor)

_ Es tunecino. Lo dudo.

Anoche no ha regresado a casa. No sé nada de él. Llamé a la policía y solo me dicen que espere. Su móvil está apagado. Me siento morir.

_ ¿Qué opinas de lo de Isis? ¿Lo condenas?

¿Y tú de lo de ETA, Túpac Amaru, Kukuxklán, la violencia racial, de género o Hiroshima, la invasión de Iraq y lo de Palestina? ¿Lo condenas?

Está en un CIE. Me lo ha dicho un amigo policía. A él no le dejaron ni llamarme. Fui a visitarle preguntando por un número. Este desesperado y yo estoy desesperada. El abogado me da ánimos, pero…

_ Pues mejor para ti. Y quítate ya eso de la cabeza. ¿Cómo voy a presentarte como mi hermana así? Hay otras moras que no se ponen ese trapo.

_ Lo sé, pero yo quiero llevarlo. Tu llevas una cabra tocando el trombón tatuada en el pecho… ¿Te digo algo?

_ Tú vigila a tu novio, no se vaya a “molar” por ahí.

_ Vigila tu tus neuronas, no vaya a “molarse” una y fulmine a la otra. ¿Seguro que tú y yo tenemos los mismos genes?

Un mes sin él. Me dice que todo va bien, pero le vi muy mal la ultima vez…parecía enfermo. Más delgado. Hundido.

_ ¿A tu suegra le han cortado los clítoris?

_ No. Tiene intactos los dos.

Le han expulsado ayer. En el primer vuelo. Sin avisarme. Nos han separado. Hoy lo supe, iba a decirle que estoy embarazada. Al salir, en la calle, un policía me ha parado.

_ ¡Eh tú! ¡Muéstrame tus papeles!

Le di mi DNI y me miró sorprendido.

_ ¿Eres española?

Se lo arranqué de la mano sin responderle y me dirigí por el primer camino que vi, sin saber hacia dónde.

Autora: Helena Plaza Andrés (Overblog)