Querido señor islamófobo

Querido señor islamófobo

Primero de todo, quiero decirle que últimamente ya no me pronuncio sobre el tema del velo a título individual, básicamente porque me resulta muy cansino, pero ahí voy una vez más…

Está en todo su derecho de odiar a una persona, un grupo y, si quiere, a toda la humanidad, pero a lo que no tiene derecho es a mentir e inventar sobre gente que no conoce. A eso se le llama difamar, por si no lo sabe.

Y eso es precisamente lo que hace usted cada vez que supone, juzga y expresa su odio contra las mujeres musulmanas que usan el velo o contra los hombres musulmanes cuando les acusa de opresores y maltratadores.

Sí, claro que hay mujeres musulmanas oprimidas y hombres musulmanes maltratadores. Le recuerdo que el machismo y el maltrato son una lacra mundial y le recuerdo también que España no está exenta de ellos, tal y como vemos día sí día también en los telediarios.

También está en su derecho de hacer el ridículo públicamente pero, por favor, no sea cómplice y no instigue a que otras personas también lo hagan cuando al escucharle le creen cada vez que dice aquello de “cuando vamos a sus países nuestras mujeres tienen que taparse”, porque no es cierto y se lo voy a demostrar.

Para empezar, debería saber que prácticamente toda la población musulmana que hay en España es originaria de los países del Magreb, Pakistán, de países del África subsahariana y de España. Si tanto sabe usted sobre países dizque islámicos, debería saber que precisamente en ninguno de estos países citados existe obligatoriedad de llevar el velo, es más, debería usted saber que los dos únicos países en los que existe tal ley son Irán y Arabia Saudí (este último aliado nuestro en muchos aspectos) y de ellos prácticamente solo recibimos turistas y estudiantes, por lo que no son la población a la cual usted se refiere y, por tanto, su argumento no es que sea algo incorrecto, sino que es una total falacia.

Por otra parte, déjeme recordarle que así como los dos países antes mencionados son dictaduras (ya sabe, como la que nosotros tuvimos con Franco…), hoy en día en Europa supuestamente abogamos por la democracia y los Derechos Humanos. Desgraciadamente, parece ser que la palabra “democracia” les queda grande a muchos… Con la prohibición de que una mujer pueda trabajar con velo no estamos garantizando su libertad, sino la invisibilización de la identidad de una gran parte de mujeres y la homogeneización de la sociedad, exactamente igual que hacen Irán y Arabia Saudí con su ley que obliga a las mujeres a cubrirse el cabello. En resumen, dos caras de la misma moneda.

Dicho esto, creo que debería plantearse por qué tipo de modelo político aboga usted, ya que exige que se regule legislativamente sobre el cuerpo de las mujeres sin siquiera escuchar a las aludidas, exactamente igual que Irán y Arabia Saudí. Saque usted mismo las conclusiones.

Podría decirle muchas cosas más, desmontarle absolutamente todos sus “argumentos”, pero estoy cansada, muy cansada, así que me tomaré un descanso y volveré más fuerte que nunca para seguir luchando por el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, sea la opción que sea, sea para velarse como para desvelarse, pues en eso consiste la tan ansiada libertad.

Somos mujeres fuertes, luchadoras y llenas de vida, nada que ver con su imaginario de mujer sumisa. ¡Ya quisiera usted que lo fuéramos para no rebatirle nada y seguir sus órdenes!

Ya por último, quiero decirle que lo siento mucho, siento mucho todo este sufrimiento, preocupación y odio que las mujeres como yo, musulmanas, le provocamos, pero el problema no es mío, sino suyo, por eso espero que encuentre la paz interior que todo ser humano necesita para dejar de odiar al prójimo.

Salam.

 

Autora: Hawa al-Harira para Alkalima

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