Carta abierta a Femen: descolonicemos el feminismo

Carta abierta a Femen: descolonicemos el feminismo

La imagen de dos activistas francesas en Rabat, en la tumba del héroe de la descolonización, enarbolando un lema de inspiración estadounidense, fija en la opinión pública marroquí la idea de que las reivindicaciones LGTBI son una amenaza ligada a las potencias coloniales. Ni una sola palabra sobre los colectivos locales, cuyo trabajo se ha visto comprometido por una acción arrogante y etnocéntrica.

“Vengo de hablar con mis colegas de Rabat y están muy agobiadas, tristes e indignadas… La gente del colectivo está decepcionada: estaban avanzando y haciendo cosas a su ritmo en estos dos años, y zasca… Sabíamos que esto podía pasar, pero no de este modo o a causa de esto… Es tan duro, es tan injusto…” Así acababa el viernes pasado un activista cercano a Aswat, el mayor colectivo marroquí por los derechos de las personas LGTBI, su narración de lo sucedido en la última semana. Una semana de represiones que culminó con una acción de Femen en Rabat que ha venido a complicar extremadamente sus luchas en el país.

Con declaraciones como “Decís que tenéis la vida que os gusta. ¿Ser la quinta esposa en un harén?”, Femen desprecia a las musulmanas que plantan cara al mismísimo Estado Islámico, sin financiación opaca y sin ‘photocall’ de lujo

Desde ese agobio compartido os escribimos esta carta. Con la rabia, la tristeza, la indignación, el desaliento y la impotencia que nos invade cada vez que emprendéis acciones racistas en nombre del feminismo y de los derechos LGTBI. La escribimos con la rabia y la tristeza pero vamos a intentar, en honor a ese mismo feminismo, abrir con vosotras un espacio de diálogo, para explicar por qué rechazamos la acción en Rabat, y por qué vuestra forma de relacionaros con las mujeres, las feministas y l*s activistas en Marruecos y el mundo árabo-musulmán pertenece a una época que necesitamos urgentemente dejar atrás.

 El contexto de las luchas LGTBI en Marruecos: Aswat como ejemplo

El artículo 489 de la Constitución marroquí sanciona “los actos licenciosos o contra natura con un individuo del mismo sexo” con penas de tres meses hasta seis años de prisión y multas de 120 a 1200 dírhams. Este mismo artículo, sin embargo, no surge de una tradición histórica propia de Marruecos sino que constituye una de las herencias de la colonización francesa, que cambió radicalmente la percepción existente en el país sobre prácticas sexuales no heteronormativas ampliamente recogidas en la literatura, las historias populares y los cotilleos de barrio, y les asignó una categoría permanente (y europea): LGTBI. El rechazo a esta categoría y, ahora ya sí, a unas prácticas que se han resemantizado nacen tanto del heterocentrismo reinante en todo el planeta como de resistencia a la colonización. Y esta cuestión, en referencia a la acción del pasado 2 de junio, es de una extrema importancia.

En los últimos dos años el colectivo Aswat, (lo tomamos como ejemplo no solo por su importancia sino por conocerlo de cerca) surgido a partir de una revista virtual que llevaba funcionando desde 2012, se ha consolidado y ha llevado a cabo numerosas campañas y acciones en defensa de los derechos LGBTI en Marruecos. En 2013 y 2014 lanzaron varios vídeos de protesta en contra de la ley 489, crearon KAYNIN, una mini serie web que pretende mostrar y denunciar casos de homofobia, y salieron a la calle a repartir mano en mano una carta que el colectivo había escrito conjuntamente para compartir la discriminación que sufren y exigir su hueco como ciudadanos y ciudadanas en la sociedad marroquí. Este año, como parte de la campaña del día internacional contra la homofobia y la transfobia, Aswat ha emitido un manifiesto, firmado por activistas y figuras públicas diversas, en el que formalmente se exige la abolición del artículo 489 de la constitución. Aswat ha recibido cientos de fotografías de personas de todo el mundo en muestra de apoyo y solidaridad, en las que, por primera vez, también se incluye un gran número de personas marroquíes a cara descubierta. Personalidades del mundo del arte y la cultura como el escritor Abdelah Taia y la cantante OUM también han manifestado públicamente su apoyo al trabajo de Aswat.

Desde el terreno, los colectivos conocen mejor que nadie sus objetivos, sus luchas, sus dinámicas, sus horizontes y sus riesgos. Si desconocemos sus luchas no es porque no existan, es porque somos ignorantes, sin más.

La acción en Rabat como imagen estática del colonialismo europeo

Marruecos tiene infinidad de lugares perfectamente reconocibles e icónicos en los que llevar a cabo una acción de protesta. La elección de eso que la prensa está denominando ‘Torre Hassan’ es posiblemente la peor de todas, porque ese lugar es, precisamente, donde está ubicado el mausoleo del rey Mohamed V, que es, a ojos de la opinión pública marroquí, el héroe nacional de la independencia respecto a Francia. Es el rey que fue expulsado del país por los colonos, que luchó por la descolonización y que regresó al país para negociar los términos de la independencia. Mohamed V es un icono de la identidad nacional marroquí frente a la ocupación.

En ese lugar con tanta carga colonial, se presentan dos activistas francesas, es decir, súbditas de la metrópolis colonizante. Y llevan inscrito un lema, por si fuese poco, que dice: ‘In Gay we trust’ haciendo un juego de palabras absolutamente desafortunado con el emblema ‘In God we trust’ que aparece en los dólares, la moneda de Estados Unidos, la otra gran potencia colonial responsable, os lo recordamos, de la guerra civil en Iraq y aliada de Israel y de Arabia Saudí, país que está imponiendo en el resto del mundo árabo-musulmán el wahabismo, una de las miradas más retrógradas y fascistas del islam. La alianza Estados Unidos-Arabia Saudí-Israel es uno de los grandes problemas de las comunidades LGTBI del mundo árabo-musulmán. Con todas esas piedras habéis topado.

Dos activistas francesas en la tumba del héroe de la descolonización enarbolando un lema de inspiración estadounidense, es un resumen perfecto de toda la iconografía colonial. Es una imagen estática que fija en las retinas de la opinión pública marroquí, activistas y personas LGTBI incluidas, la idea de que las reivindicaciones LGTBI son una amenaza ligada a esas mismas potencias coloniales que les joden la existencia a diario. Es generar una unión indisoluble de conceptos que va a ser muy difícil deconstruir. Y que no la vais a deconstruir vosotras: con eso tendrán que lidiar en los próximos años esas personas a las que decís apoyar.

Si queríais un lugar de alto poder simbólico para los movimientos civiles marroquíes, deberíais haber ido al Parlamento, a la Avenida Mohamed V o a Bab el Had, donde los movimientos locales realizan sus acciones. La ventaja de la Torre Hassan es que es un lugar mucho más tranquilo. Vuestra lideresa, Inna Shevchenko, acaba de explicar que lo escogisteis porque allí iba a edificarse la mayor mezquita del mundo musulmán. Parece una broma: ese proyecto fue abandonado en el siglo XII, y sus restos destruidos por un terremoto en el siglo XVIII. Ahí no hay mezquita, sino símbolos de la independencia marroquí. Y mucha calma (como se ve en el vídeo) para hacer una acción de poco riesgo y dejar el marrón detrás vuestro.

 

Autores: Brigitte Vasallo y Gerard Casas Fuente: Pikara Magazine

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